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jueves, 28 de noviembre de 2013

Reflujos de Clarice.

Megan Diddie, Hunger.

Como y todo me sabe a Clarice. 
Llena, tan llena que mi estómago va a entrar en erupción.
Reflujos. Clarice dentro de mí.
Mis entrañas perforadas tiemblan. Su presencia es peligrosa,
espasmódica, volátil, va a explotar.
Dentro y fuera. Su cabello rozando mi úvul(v)a.
Removiéndome los intestinos, quemándome el estómago. Estoy enferma.
Cuanto más enferma  más sana. Y como.
Devoro, nos devoramos, Clarice y yo. Atiborrándonos ella de mi y yo de ella.
Estoy enferma.
Se llama Clarice.

····························································
Clarice Lispector me pone las vellosas de punta. No puedo leer seguido, tengo que parar, respirar, salir afuera -pero no por mucho tiempo- por que Clarice me vuelve a llamar... me reclama y yo respondo, y me engancho, y de nuevo siento que voy a explotar, y mis adentros quieren ser afueras, y parece que corazón y estómago se hayan enquistado en mi garganta. Me gusta Clarice. Voy a repetir. 

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